Principio de Bonhomía: Priorizando el Bienestar sobre el Armamento


Ley a reformar: Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.


Propuesta desarrollada:

En un mundo donde las tensiones y conflictos parecen ser el pan de cada día, donde las naciones invierten más en armas que en abrazos, es esencial que tomemos un camino diferente, un camino de bonhomía y solidaridad. No podemos permitir que el rugir de los cañones silencie las risas de nuestras infancias o que las sombras de los misiles oscurezcan nuestros días soleados.

Propongo el "Principio de Bonhomía", una regla sencilla pero poderosa: que el gasto militar de una nación nunca supere un tercio de lo que se invierte en bienestar social y ambiental. Porque la verdadera fortaleza de un país no se mide en el número de tanques o aviones que posee, sino en la salud, educación y felicidad de su gente.

No se trata de desarmarnos o de ignorar las amenazas a nuestra seguridad, sino de redefinir qué significa realmente "seguridad". ¿Es seguro un país lleno de armas pero vacío de esperanza? ¿Es fuerte una nación que invierte en misiles pero olvida invertir en sus niños, en sus ancianos, en su medio ambiente?

Como suelo decir, "la vida no es pasarla corriendo detrás de la muerte, sino disfrutarla". Y es hora de que disfrutemos de la vida, de que invirtamos en lo que realmente importa: en programas de energías renovables, en salud, en acciones para la redistribución de la riqueza, en apoyos a sectores vulnerables. En todo aquello que nos hace humanos, que nos une, que nos hace soñar.


Porque, al final del día, lo que realmente importa no es cuánto poder militar tenemos, sino cuánto amor, cuánta solidaridad, cuánta bonhomía. Y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que invirtamos en lo que realmente importa. Porque la verdadera riqueza de una nación no se mide en armas, sino en corazones. Y es hora de que invirtamos en esos corazones, en el bienestar y la felicidad de nuestra gente. Porque cada persona es un mundo, y cada mundo merece paz, amor y bonhomía.